jueves, 13 de noviembre de 2008

Jornada 4

VALMA – Buenos Aires FS vs. Bar Pinedo

O “Ya desde la jornada 4, sin nadie que pague la cena...”


Una nueva victoria de los chicos de azul, aunque en este caso hemos decidido seguir erre que erre, y los ataques cardíacos siguen rondando el banquillo como sombras peligrosas.

El pasado domingo nos presentábamos en el Polideportivo Rondilla con muchas ganas, ya que nuestros rivales iban hasta el momento segundos en la tabla, y con un par de bajas, que esperábamos que no se hiciesen notar en demasía: Chasco por diversos compromisos, y Manu por un inoportuno tirón que le hacía estar más dolorido que otra cosa. Esperemos que se recupere pronto y pueda volver a la disciplina valmera al cien por cien.

El inicio del partido se presentaba muy complicado para el equipo, ya que los rivales salieron como auténticas motos de gran cilindrada a la pista. Fruto de ello fueron sus dos primeros goles, que colocaban un peligrosísimo 2-0 en el luminoso. Pero, como bien sabe la gente que va siguiendo al mejor equipo del Barrio Buenos Aires, las remontadas son su especialidad.

Como iba diciendo, tocaba echarle un par de... goles, al menos para empatar. Y así fue. En primer lugar, Raúl dijo que ya iba siendo hora de estrenarse, y decidió acortar distancias con un buen disparo cruzado desde la izquierda. Poco después Fran quiso demostrar que no nos hemos equivocado reclutándole, y que ocho horas en un autobús poco antes de jugar no son óbice para marcar, y puso el empate en el marcador. Para qué negarlo, la sensación de alivio en el banquillo fue tremenda.

Pero los platos fuertes estaban por llegar. Jose decidió ponerse bien las botas esta vez, y marcó el tercero. Pero, poco después, quedó claro que la cena de final de temporada este año habrá que apoquinarla a escote. Ettore, tras gozar de un par de buenas ocasiones, a la tercera no falló, y anotó el cuarto gol azulón, para culminar la remontada. Celebrado enormemente en el banquillo, ya daba tranquilidad. Más aún cuando, poco antes del descanso, Jose demostró que también sabe hacer equilibrismos, y con una jugada de muy bella factura –una especie de caballito o algo así- hizo el quinto, por la escuadra de la portería rival.

Así se llegaba al descanso, con un 2-5 favorable al VALMA – Buenos Aires FS, que, todo hay que decirlo, no fue fruto únicamente de los goles y el fútbol de ataque, sino que en defensa tanto Ricky como Pedro se mostraron inexpugnables, a pesar de pequeños errores, por fortuna sin demasiada importancia.

En la segunda parte tocaba cambio de campos, y de tornas también. El equipo, para qué negarlo, se relajó un poco, y, a pesar de un nuevo tanto de Toñete, encajó dos nuevos goles antes del mismo que llevaron de nuevo el nerviosismo al banco. Más aún cuando el de negro –como suele ser costumbre, aunque esta vez observamos una nueva variante, como son los encargados de mesa a los que hay que solicitar tres veces un tiempo muerto o que dejan seguir el partido sin poner el crono durante más de un minuto- demostró que está allí más o menos para pasar el rato, y no vio balones que salían más de un metro por la banda, o su imaginación le hacía concebir faltas que no eran. De este modo, a falta de cerca de 10 minutos levantó la fatídica cartulina con el ‘5’ blanco sobre fondo rojo que indicaba que, desde ese momento, toda falta que el VALMA – Buenos Aires hiciese sería castigada con doble penalti.

Por fortuna, sólo fue una. Y, por fortuna, contábamos con Alber bajo palos, al que se le dan de maravilla los lanzamientos desde los 10 metros. Buen rechace del meta, que permitió un poco de alivio, más aún cuando poco después llegó el sexto gol, el ya mencionado, anotado por Toñete. Aunque las cosas seguirían por su cauce, con los rivales un tanto quemados, imaginamos que también, al igual que nosotros, con el que dicen que se encarga de señalar las acciones ocurridas en el terreno de juego. No me lo acabo de creer, pero si lo dicen será.

Un más que discutible penalti cometido por Pedro –que desde el banquillo todos, y digo absolutamente todos- vimos que era fuera, y, en tal caso, doble penalti. Pero nada, que como ese personaje de negro –por cierto ¿no se debería exigir la mayoría de edad para arbitrar, al igual que para jugar?- se empeñó, pues penalti. El resultado, que Alber no es infalible –aunque le falta poco- estuvo a punto de pararlo. Pero resultó que no. 5-6 en el marcador, y dos minutos de infarto al final.

Pero el partido acabó como queríamos. Con victoria valmera, con siete puntos en nuestro casillero, y con muchas ganas de enfrentarnos a Los Orejas la próxima jornada. ¿Que cuándo? El sábado 15. ¿Que dónde? En EL FORTÍN. ¿Que qué?

Que ¡A GANAR!

¡AUPA VALMA!

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