domingo, 28 de octubre de 2007

3ª jornada: La Parrilla F.S. - Valma-Buenos Aires F.S.

Con la felicidad de haber aprendido de qué iba esto del fútbol sala en la 2ª jornada nos presentamos en la tarde del sábado 27 de octubre en el pabellón Miriam Blasco. Que, por otra parte, ya iba siendo hora también de que nos tocara un pabellón en condiciones. Los chicos de La Parrilla eran nuestros rivales en nuestra ocasión, y al vestir ellos de azul y ser locales, el equipo azul por excelencia, el Valma, se vestía de blanco. Algunos comentaban en el vestuario que si esa camiseta era gafe, que si no sé qué... Bah, paparruchas.

De blanco y con un balón un tanto psicodélico nos plantamos en el parqué del M.Blasco. Los 9 integrantes disponibles, y los "pequeños" (adjetivo no aplicable a Alber precisamente) de inicio. Y no podían empezar mejor las cosas, ya que la máquina de ataque del Valma daba frutos, y Olea estrenaba su casillero de la temporada en el primer minuto. 1-0 en el minuto 1 que no hizo que se relajaran, en absoluto. En el minuto 6, el "capi" Ricky subió, armó la derecha, y pegadito al palo puso el 2-0. Parecía que el luminoso iba a ser abultado, pero no precisamente, porque el portero de La Parrilla parecía estar siendo observado por un ojeador o algo así, y empezó el recital de paradas, para angustia de los valmeros. Dos minutos después del 2-0 se pusieron a uno de diferencia. Pero antes del pitido del descanso, hasta 9 tiros parados por el de La Parrilla, amén de otros 6 que se fueron más allá de los tres palos. Y, dato curioso, sin cometer una sola falta, pero recibiendo 5 y sin ser capaces de provocar un doble penalti en casi 6 minutos. Porque algo malo ha de haber en cada partido.

La segunda parte comenzó con la máquina de ataque carburando muy en condiciones, con los jugadores frescos gracias a que los cambios se iban haciendo en cuanto uno se sentía cansado, y en minuto 33, después de otras cuantas paradas del portero rival, Olea hacía su segundo gol de la tarde. 3-1 en el marcador, y el acoso y derribo seguía. Hasta que en el minuto 38, Pedro cometía una falta en el centro del campo (2ª del partido tan solo) que el número 4 de La Parrilla convertía en un 3-2 espectacular por la escuadra de la portería de Alber, que se quedó sin poder hacer nada ante semejante disparo.

Un final con incertidumbre, pero feliz, con un equipo que jugó a un muy buen nivel, y con un buen árbitro -algo está cambiando- por segunda semana consecutiva. A ver qué pasa en el domingo, y cómo se queda el equipo azul. Pero jugando así, contentos todos. Hasta los rivales, me da a mí.

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